domingo, 21 de noviembre de 2010



Tanto los Incas en el suroccidente del continente americano como los Aztecas en Centroamérica crearon imperios dotados de ejércitos formidables que dominaban y reducían a sus contrarios con gran facilidad, pero el propósito de las guerras era diferente en estas dos civilizaciones, y fue cambiando con el tiempo, veamos que características poseían los guerreros y su dotación militar.

AZTECAS
Sabemos que la civilización Azteca tenía un gran poderío militar y una fascinación por la sangre humana haciéndonos suponer que para ellos la vida humana no tenía importancia, pero… ¿Quiénes eran los protagonistas de estas escenas?, ¿cuáles eran sus propósitos?, ¿Qué herramientas usaban para esto? A continuación se presenta nuestra síntesis de la información acerca de esta cultura que nos llevara a resolver estas preguntas y algunas otras que surgirán durante el desarrollo de la información.

Coomo referente historico, los aztecas eran descendientes de los toltecas, que fueron la primera poblacion nahual de las culturas mesoamericanas. Tuvieron un desarrollo tardío, el cual se remonta a 1325, año en que fundan Tenochtitlán.


El guerrero azteca
Desde su nacimiento los niños aztecas estaban en contacto con la guerra. Sus padres los tomaban en brazos y entonaban cánticos de guerra en los que hablaban sobre el destino de los aztecas como guerreros y las honorables muertes en el campo de batalla.
Desde los 20 años, todo hombre apto era reclutado para ser entrenado. A todos se les rapaba el cabello y se les dejaba un mechón en la nuca, que era removido  cuando capturaban a su primer prisionero. El cual, era sacrificado y descuartizado, y sus restos se le entregaban a los guerreros que lo habían capturado para el consumo ritual.
 Los hombres pertenecían a clanes, que eran comunidades de familias en los que trataban de conseguir el mayor rango posible, mediante sus logros y su esfuerzo, dependiendo de su profesión, guerrero, sacerdote,  artesano, etc.
Para los aztecas la guerra lo era casi todo, en su mayoría su vocación era la guerra, además que la religión se veía inundada por estas prácticas. Su existencia se justificaba por y para derramar sangre.
Muchos guerreros aztecas extraídos de la nobleza como de los plebeyos, eran subsidiados por el Estado, el cual los sostenía con los tributos y botines tomados en ciudades conquistadas. Eran soldados profesionales a diferencia de otros, que tenían que trabajar para costear su alimentación.
Los guerreros afortunados podían convertirse en caballeros águila, u océlotl (tigres) los cuales hacían parte de algunos ritos especiales como danzas u otras proezas; y con este rango, podía ejercer mas influencia sobre el consejo de su clan, mejorando su posición y la de su familia.


Las águilas y los jaguares:
Cita: Los aztecas consideraban al águila como un ave sin miedo, valiente, osada, aleteante y chillona, que podía mirar de frente al sol, cualidades que debían emular su guerreros. Veían al jaguar como cauteloso, sabio, orgulloso, un poderoso animal que desviaba las flechas del cazador antes de revolverse, tenderse, y luego saltar sobre su atacante. 





















La misión del hombre azteca:
En general consistía en rechazar infatigablemente el asalto de la nada, es decir evitar a toda costa que el mundo parara y se sumergiera en el caos. Con este objeto estaba obligado a ofrendar al sol, a la tierra y a todas las divinidades, el "agua preciosa", sin la cual la maquinaria del mundo dejaría de funcionar: la sangre humana.
En la guerra los guerreros podían conseguir diferentes méritos, pues como tenían un contenido altamente religioso, se veian recompensados por su desempeño en estos encuentros. La captura de victimas para el sacrificio humano era la principal honra de guerra, entre mas poderoso y reconocido fuera el guerrero capturado, mayores honores recibía el guerrero. Entre mayor numero de cautivos acumulara, mejor era el vestido que usaba, mas adornos llevaba, y en los rangos mas altos, podía llevar el pelo como quisiera.
Los guerreros deberían capturar contendientes iguales o superiores a ellos, infringiéndoles el menor daño posible, para que fueran sacrificados en el mejor estado.
Pero esto era un arma de doble filo, ya que si un guerrero era muy bueno y capturaba muchos prisioneros para ejecutarlos, llevaría un vestido muy ostentoso, y seria un blanco muy atractivo para un guerrero enemigo.

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